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Ruta 2: Los humedales

PERFIL ISOMÉTRICO / CROQUIS DE LA RUTA / ES / ALBACETE / SIERRA DE ALCARAZ Y CAMPO DE MONTIEL

Tu plan ideal

TU PLAN IDEAL / ES / ALBACETE / SIERRA DE ALCARAZ Y CAMPO DE MONTIEL

La ruta comienza en la pedanía de Los Chospes (Robledo). Nuestra visita comienza en el Monumento Natural Laguna del Arquillo, de origen kárstico. A este espacio llegamos a través de un camino de tierra, en la bifurcación que encontraremos dentro de esta pedanía. Su aislada situación le proporciona singularidad, encuadrada dentro de la Ruta de Don Quijote.

La laguna domina el paisaje, desde donde se puede disfrutar de sus apacibles aguas, cuyo color va cambiando de blanquecino a azul conforme transcurre el día. Las espigas de agua y los nenúfares flotando en la lámina de agua añaden belleza al complejo natural de la laguna, y las gramíneas y praderas juncales rodean sus márgenes.

El recorrido continúa en la Laguna de los Ojos de Villaverde, situada en el término de El Robledo, pero la cuenca que la nutre de agua procede de El Ballestero.

A esta laguna se llega tras enlazar con la N-322, entre Robledo y El Jardín, y tomar el desvío, a la izquierda, en la aldea abandonada de Villaverde por la carretera local que conduce a El Ballestero. Aproximadamente a un kilómetro, se halla un camino rural a la derecha, que conduce a la laguna. Antes, se localiza un cortijo donde se puede aparcar el vehículo o simplemente hacer un descanso. Desde allí, un sendero acerca hasta el mismo borde de la laguna.

La laguna kárstica, abastecida por el río Pontezuelas, constituye un centro destacado de nidificación de aves acuáticas características de los humedales manchegos, pudiendo señalar la existencia de aguiluchos laguneros y otras aves como el ánade real, polla de agua y la focha común. La flora se compone de la típica vegetación de juncos y masiega.

Puede afirmarse que esta laguna constituye uno de los humedales albaceteños de mayor interés, tanto por su extensión, sus dimensiones son de 800 metros de longitud por 625 metros de anchura, como por su vegetación y estado de conservación que le confieren un alto valor ecológico y paisajístico. La laguna está rodeada por varios “ojos” de aguas permanentes, esta circunstancia y los espesos juncales hacen que sea peligroso su acceso y se deba contemplar con más seguridad desde lo alto de los montes anexos.

"La laguna de los Ojos de Villaverde constituye un centro destacado de nidificación de aves acuáticas características de los humedales manchegos."

Laguna de los Ojos de Villaverde (Robledo)

La ruta de las lagunas continúa camino de El Ballestero, población a la que se llega desde la Laguna de los Ojos de Villaverde tras un recorrido de diez kilómetros. Llegamos a El Ballestero, entre sabinas y encinas centenarias. Su término municipal aporta una gran riqueza natural, al patrimonio de la Red Natura 2000 además de otras figuras de especial protección de dehesas, sabinares morfológicos, etc. Cuenta con numerosos parajes de interés como La Beata, Peribánez o Cobatillas, donde la carrasca y la sabina se alterna con tomillos, salvias y romeros. En ellos existe una magnífica fauna esteparia como avutardas o sisones, que conviven con la perdiz y la liebre.

No hay que abandonar este municipio sin visitar el aula temática donde el viajero puede admirar la singular historia de la sabina y conocer a través de su exposición etnográfica como transcurría la vida en la población antiguamente y la vida y oficio de los pastores.

En el municipio podemos ver el templo parroquial de San Lorenzo Mártir, declarada Bien de Interés Cultural, que se eleva por encima del caserío, orientando al viajero hasta el pueblo, venga de donde venga.

Templo San Lorenzo Martir

(El Ballestero)

"El Ballestero posee un gran patrimonio natural y cultural, destacando entre este último el templo de San Lorenzo Mártir, declarado Bien de Interés Cultural."

Templo San Lorenzo Martir (El Ballestero)

El próximo destino es El Bonillo. Existen muchas razones para pasar y dedicarle un tiempo a visitar y contemplar esta localidad: la historia, el Greco y Vandelvira, la gastronomía y su espléndida naturaleza con reservas de aves esteparias y el sabinar más al sur de Europa, además de importantes humedales endorreicos.

Su término municipal está situado sobre una amplia meseta, junto navas y navajos que en régimen estacional refrescan estas tierras manchegas, lo que constituye un hábitat ideal para toda clase de ánades y aves esteparias como los sisones alcaravanes, alondras de Ricotí y la avutarda que con la cañada real y la “Ruta del Quijote” permiten practicar el senderismo en pleno contacto con la naturaleza.

Su término está bañado, en el norte por el río Sotuélamos, nombre también de la pedanía, que en ella se forma otro sistema lagunar dando lugar a áreas de recreo, y el río Córcoles. El sur lo bañan el Pinilla y los arroyos Sagés y Alarconcillo.

Puedes visitar la Iglesia de Santa Catalina y, en su interior, el Museo Parroquial. Este alberga obras de gran interés como “el Cristo Abrazado a la Cruz” de el Greco; “el Milagro” de Vicente López; “la Magdalena” de Andrea de Sarto; “San Francisco de Paula, San Vicente Ferrer, y San Pedro Arrepentido”.

"La Iglesia de Santa Catalina alberga obras de gran interés como "el Cristo abrazado a la Cruz" de el Greco, "el Milagro" de Vicente López o "la Magdalena" de Andrea de Sarto.".

Iglesia de Santa Catalina (El Bonillo)

La próxima parada nos lleva a Viveros, pasando a unos 10 kilómetros, primero por las Salinas de Pinilla y más tarde por la pedanía de Pinilla, todo ello digno de hacer una parada y poder contemplar lo que la naturaleza y el hombre han realizado durante gran parte de la historia para poder obtener un recurso tan vital como la sal y el poder que daba a sus poseedores.

Las Salinas de Pinilla: su explotación está documentada desde la época romana. Pertenecieron al Marquesado de Villena, después a los Reyes Católicos y a su hija Juana. Fue una fuente de ingresos muy rentable, como atestigua, entre otras cosas, la casa señorial. Es considerada microrreserva natural por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha.

Siguiendo el viaje llegamos a Pinilla, pedanía de Viveros a 5 kilómetros. Por aquí transita el río Pinilla con 30 km. de recorrido hasta desembocar en la Laguna Blanca, la primera de las Lagunas de Ruidera; por esta razón, este caudal constituye el verdadero nacimiento del río Guadiana. A este paraje de disfrute y de ocio en el que se puede pasar un buen día, se le llama “Fuentes del Guadiana”.

Siguiendo el recorrido hacia Viveros debemos ir contemplando los bonitos parajes naturales, que acompañan al viajero en el recorrido que va desde la aldea de Pinilla a Viveros. Su término municipal es una zona ideal para el avistamiento de aves, sobre todo avutardas, que son la principal atracción de la zona.

Ya en Viveros podemos ver la Iglesia de San Bartolomé: de planta románica, El Pilar, en la plaza del mismo nombre, de más de 200 años, y el Ecomuseo de Viveros.

"Los parajes naturales situados entre Pinilla y Viveros son unas zonas ideales para contemplar la naturaleza en todo su esplendor, destacando el avistamiento de aves."

Las Salinas de Pinilla (Viveros)